El futuro eléctrico de la moto, a debate.

He querido inaugurar esta sección de opinión y debate, con un artículo en el que tratemos una de las principales cuestiones que cualquiera de nosotros, como amantes de las motos, nos planteamos a diario. Si el futuro de la moto va a ser eléctrico, ¿dónde está la investigación y el consecuente desarrollo en este sentido?

Y si el futuro es eléctrico,¿a cuánto estamos de él?

Y sí, ya sé que parece una contradicción, obviamente ya existen en la actualidad un montón de marcas y fabricantes que nos ofrecen un montón de modelos de ciclomotores y motocicletas eléctricas. Pero debemos de tener en cuenta que la mayoría de estos constructores son recientes, nuevas marcas que han apostado, con muy buen criterio y no menos esfuerzo, por la electromovilidad. Que han aprovechado ese pequeño nicho de mercado, que poco a poco ha ido creciendo gracias a particulares, motosharing, empresas de reparto, etc.… Pero todo esto nos lleva a preguntarnos algo importante…

¿Dónde están las marcas de moto de toda la vida en esta carrera hacia el futuro eléctrico?

El debate está iniciado. Todos conocemos las principales ventajas e inconvenientes de una moto propulsada por electricidad en relación a su equivalente propulsada por combustión. Sus cero emisiones de gases contaminantes, su bajo consumo y mantenimiento, su libre movilidad urbana sin restricciones…. En su contra, sobre todo, su precio y la autonomía de las baterías, las asignaturas pendientes para los próximos años. Es evidente que, para la gran mayoría de la gente, tanto el precio como la autonomía son razones suficientes, a corto plazo, para seguir decantándose por la moto convencional.

En cuanto a los grandes fabricantes y principales marcas de motos de combustión, con más o menos trayectoria, siguen evolucionando sus modelos, tanto de ciclomotores como de motocicletas. Con nuevas tendencias en diseño, más desarrollo en la electrónica y mayor evolución de los motores, que con la normativa euro 5 deberán ser más limpios, más eficientes y menos ruidosos, quedando claro que habrá combustión para rato. Alguna de estas marcas ha planteado algún prototipo o algún anecdótico modelo para comercializar, pero en general, sin el interés ni el convencimiento necesarios, al menos a corto plazo, como para realizar una investigación y desarrollo serios de producto. Todo esto nos lleva a la siguiente pregunta…

¿Se impone la moto que ofrece el fabricante o se trata de la propia demanda del cliente?

No dudaremos que estos grandes fabricantes, vamos a llamarles convencionales, tienen el potencial tecnológico y económico para trabajar y desarrollar la propulsión eléctrica. Entonces, será que el actual cliente, usuario, amante de las motos, todavía no está preparado para el cambio. No está dispuesto a cambiar lo que ya conoce y le gusta, ni arriesgarse a perder esa parte lúdica, de disfrute, a veces incluso, de estatus social que siente con su actual moto.

Para concluir, parece que lo de las grandes marcas de toda la vida, salvo contadas excepciones, va para largo con respecto a las motos eléctricas. Alguna de ellas presenta algún modelo a cuenta gotas, sin prisas, y la mayoría, ni eso. Creo que el futuro más próximo es la convivencia de ambas tecnologías.

El presente es la oportunidad para las nuevas marcas que ya nacieron y nacen especializadas única y exclusivamente en lo que ya se llama ecomovilidad. Será la oportunidad para ellas de crecer como marcas, convenciendo de la movilidad sostenible y afianzándose en su futuro. Creo que tarde o más tarde, las grandes también llegarán, ¡las esperamos!

Y tú, ¿cómo ves el presente de las dos ruedas? ¿Te mojas con el futuro eléctrico de la moto? ¿Cómo ves a las marcas? ¡Tienes la palabra!

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